lunes, 3 de octubre de 2016
Hábitos de Vida Saludable: Practica un Deporte
El deporte es básicamente una
actividad física que hace entrar al cuerpo en funcionamiento y que lo saca de
su estado de reposo frente al cual se encuentra normalmente. Se realiza
principalmente con objetivos recreativos, aunque en algunos casos puede
convertirse en la profesión de una persona si la misma se dedica de manera
intensiva a ella y perfecciona su técnica y sus resultados de manera
permanente.
La importancia del deporte es que
permite que la persona ejercite su organismo para mantenerlo en un buen nivel físico,
así como también le permite relajarse, distenderse, despreocuparse de la
rutina, liberar tensión y, además, divertirse.
Dentro de la categoría de deporte
pueden entrar un sinfín de actividades que pueden clasificarse como grupales
(el fútbol, el básquet), individuales (el tenis, la natación), recreativas
(juegos de diverso tipo), de competición (deportes más específicos y con alta
exigencia para los que los practican), etc. Los deportes tienen un impacto muy
positivo en la vida de niños, jóvenes y adultos, pues permiten ejercitarse y
pasar tiempo con la familia o amigos en un ambiente saludable.
Beneficios del Deporte
La realización regular y
sistemática de una actividad física ha demostrado ser una práctica sumamente
beneficiosa en la prevención, desarrollo y rehabilitación de la salud, así como
un medio para forjar el carácter, la disciplina, la toma de decisiones y el
cumplimiento de las reglas beneficiando así el desenvolvimiento del practicante
en todos los ámbitos de la vida cotidiana. Hoy en día esta visión ha sido
aceptada por muchos, sin embargo, a lo largo del tiempo, ha tenido sus períodos
de auge y regresión.
La mayoría de las personas
pueden beneficiarse de realizar actividad física de forma regular. Es frecuente
que la gente piense que hace suficiente ejercicio en el trabajo. Muchos piensan
que son demasiado viejos para empezar, otros que su forma física ya es
demasiado mala para intentar recuperarla. Obesidad, diabetes, o alguna
discapacidad física, pueden ser las razones que desanimen al sujeto para
comenzar a realizar actividad física. Pero en muchas ocasiones son simplemente
la pereza, o las expectativas de fatiga y dolor las que impiden que ni siquiera
llegue a intentarse.
En la actualidad parece existir
evidencia suficiente que pruebe que aquellos que llevan una vida físicamente
activa pueden obtener una larga lista de beneficios para su salud:
- Disminuye el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares en general y en especial de mortalidad por cardiopatía isquémica en grado similar al de otros factores de riesgo como el tabaquismo.
- Previene y/o retrasa el desarrollo de hipertensión arterial, y disminuye los valores de tensión arterial en hipertensos.
- Mejora el perfil de los lípidos en sangre (reduce los triglicéridos y aumenta el colesterol HDL).
- Mejora la regulación de la glucemia y disminuye el riesgo de padecer diabetes no insulino dependiente.
- Mejora la digestión y la regularidad del ritmo intestinal.
- Disminuye el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer, como el de colon, uno de los más frecuentes y sobre el que al parecer existe mayor evidencia.
- Incrementa la utilización de la grasa corporal y mejora el control del peso.
- Ayuda a mantener y mejorar la fuerza y la resistencia muscular, incrementando la capacidad funcional para realizar otras actividades físicas de la vida diaria.
- Ayuda a mantener la estructura y función de las articulaciones. La actividad física de intensidad moderada, como la recomendada con el fin de obtener beneficios para la salud, no produce daño articular y por el contrario puede ser beneficiosa para la artrosis.
- La actividad física y de forma especial aquella en la que se soporta peso, es esencial para el desarrollo normal del hueso durante la infancia y para alcanzar y mantener el pico de masa ósea en adultos jóvenes.
- Ayuda a conciliar y mejorar la calidad del sueño.
- Mejora la imagen personal y permite compartir una actividad con la familia y amigos.
- Ayuda a liberar tensiones y mejora el manejo del estrés.
- Ayuda a combatir y mejorar los síntomas de la ansiedad y la depresión, y aumenta el entusiasmo y el optimismo.
- Ayuda a establecer unos hábitos de vida cardiosaludables en los niños y combatir los factores (obesidad, hipertensión, hipercolesterolemia, etc.) que favorecen el desarrollo de enfermedades cardiovasculares en la edad adulta.
- En adultos de edad avanzada, disminuye el riesgo de caídas, ayuda a retrasar o prevenir las enfermedades crónicas y aquellas asociadas con el envejecimiento. De esta forma mejora su calidad de vida y aumenta su capacidad para vivir de forma independiente.
- Ayuda a controlar y mejorar la sintomatología y el pronóstico en numerosas enfermedades crónicas (Cardiopatía isquémica, Hipertensión arterial, Enfermedad pulmonar obstructiva crónica, Obesidad, Diabetes, Osteoporosis, etc.).
- Disminuye la mortalidad tanto en adultos jóvenes como en los de mayor edad, siendo incluso menor en aquellos que tan sólo mantienen un nivel de actividad física moderado que en los menos activos o sedentarios.
- Por último, todos estos beneficios tendrán una repercusión final en la reducción del gasto sanitario. Este es un argumento de peso para que tanto las administraciones públicas como privadas apoyen la promoción de la actividad física en todos los estamentos de nuestra sociedad.
El organismo humano como
consecuencia del entrenamiento físico regular, presenta en sus diferentes
aparatos y sistemas modificaciones morfológicas y funcionales que denominamos
adaptaciones, las cuales van a permitir por una parte prevenir o retrasar la
aparición de determinadas enfermedades y por otra parte mejorar la capacidad de
realizar un esfuerzo físico. Una persona entrenada físicamente será capaz de
correr a la parada del autobús sin cansarse demasiado, jugar con sus hijos con
mayor vitalidad e incluso hacer algún alarde con los amigos en un partido de
fútbol.
Indudablemente el ejercicio
físico regular nos permite desde el punto de vista psicológico afrontar la vida
con mayor optimismo y mejor disposición, a la vez que socialmente es un medio
de integración en distintos grupos humanos.
Entre los posibles problemas
derivados de la práctica de actividad física, el más frecuente es el riesgo de
lesiones musculoesqueléticas. Este es fácil de evitar si no se cometen excesos
y el nivel de actividad aumenta de forma lenta y progresiva hasta alcanzar el
deseado. Por otro lado, si bien es cierto que el ejercicio físico intenso
aumenta considerablemente el riesgo de eventos cardiovasculares (infarto agudo
de miocardio o muerte súbita cardíaca), tanto en individuos previamente
sedentarios como en aquellos que realizan actividad física de forma regular, el
riesgo global sigue siendo claramente inferior en estos últimos.
Para aquellos que tengan
intención de empezar un programa de actividad física intensa y tengan algún
tipo de enfermedad crónica (Cardiopatía isquémica, Hipertensión arterial,
Diabetes, etc.) o mayor riesgo de padecerlas, y para las mujeres de más de 50
años y varones de más de 40 años, es aconsejable pasar un examen médico previo.
La actividad física regular al producir una mejoría en las funciones orgánicas,
parece producir una sensación de bienestar psíquico y una actitud positiva ante
la vida, lo cual a su vez repercute en forma positiva en el área somática. Al
desarrollar un mejor dominio del cuerpo, una mayor seguridad y confianza en su
desenvolvimiento ante las tareas cotidianas.
Se ha determinado que quienes
practican en forma regular cualquier ejercicio o actividad física, tienen una
mejor respuesta ante la depresión, angustia, miedo y decepciones, y, por otro
lado, se fortalecen ante el aburrimiento, tedio y cansancio.
El fortalecimiento de la imagen
del propio cuerpo y el concepto personal fortalecen la voluntad en la
persistencia de mejorar y le ofrece a la persona, una sensación de realización,
independencia y control de su vida, a la vez que se estimula la perseverancia
hacia el logro de fines.
La participación en actividades
físicas y deportes, puede provocar emociones negativas como miedo, agresión,
ira, y así mismo, puede proporcionar al participante las herramientas para
hacerle frente, aprendiendo a controlar sus emociones.
El deporte es una forma de
aprender a vivir, al enfrentarse a su parte negativa en forma cívica, en la
lucha no solamente con los demás, sino consigo mismo, con nuestras apetencias,
defectos y virtudes.
El deporte permite que las
personas como entes individuales tengan la vitalidad, el vigor, la fuerza, la
energía fundamental para cumplir con su deber en el ámbito social en que se
desenvuelven. En las competencias se produce un proceso de
enseñanza-aprendizaje en equipo, de la necesidad de ayuda, del cumplimiento de
las reglas y el respeto, por el contrario, de la subordinación de los triunfos
y galardones individuales por el buen nombre y el triunfo del equipo. Quien
practica un deporte en forma organizada es una persona optimista, persistente
en la lucha por el logro de sus metas, que muestra respeto mutuo, honradez y
sentido de responsabilidad.
Trabajo Independiente
El trabajo independiente es
cuando el alumno puede relacionar correctamente el planteamiento de la tarea
con los medios a seguir para realizarla, cuando puede aplicar sus conocimientos
y capacidades para realizarla sin necesidad de que el maestro intervenga directamente
para orientar cada detalle (...), aquel que se realiza sin la participación
directa del maestro, pero con la orientación del mismo en un tiempo establecido
y durante el cual los alumnos se esfuerzan conscientemente por lograr los
objetivos planteados, manifestando de una forma u otra los resultados de su
actividad física o mental (o ambas).
Constituye una de las vías
fundamentales que propicia el desarrollo de las potencialidades cognitivas de
los estudiantes dentro del proceso de enseñanza desarrollo de la carrera de
PNFI los facilitadores o docentes debe las posibilidades que brinda la
inclusión de tareas para cuya solución el estudiante tenga que trabajar de
forma independiente tanto en la propia buscando las vías que a él, como ser
cognisciente, le sean más adecuadas para apropiarse del conocimiento,
elaborando su propio conclusiones que fundamenten los resultados de su trabajo,
todo lo cual, evidentemente, contribuye al desarrollo de su nivel
metacognitivo.
En estos tiempos, aprender y
enseñar implica trabajar de manera independiente para lograr un objetivo. También
implica adoptar modelos no tradicionales y propiciar las vías para acceder al
conocimiento. Para lograr tales resultados, es indispensable que el estudiante
y el profesor alcancen una preparación individual desde su inserción en un
grupo de trabajo, en el que se ofrezcan los niveles de ayudas requeridos para
tales fines, todo basado en el desarrollo de un proceso de trabajo
independiente concebido para la formación, en el cual, más que impartir conocimientos,
se enseñe a desarrollar los procesos metacognitivos: qué sé del contenido que
estoy estudiando, hasta dónde quiero y puedo llegar y qué me falta por aprender
de él. Dicho proceso comprende:
- Fijar las metas o propósitos. En primer lugar, es necesario identificar el problema y, a su vez, conocer el tema, determinar lo que se sabe sobre este y lo que se tiene que aprender. Ello permite la formulación de las estrategias adecuadas para lograr los objetivos propuestos; es importante, además, reflexionar acerca de los documentos que se van a consultar al margen del libro de texto, así como sobre la organización de la información, una vez que se haya obtenido, es decir, cómo la vamos a presentar a los demás: oralmente, por escrito, en un resumen, etc.
- Planificar el aprendizaje. Se planifica el aprendizaje en función de la etapa anterior; quizá deba pensarse también en los recursos que se van a utilizar, pues de nada sirve plantearse la búsqueda de información en internet, por ejemplo, si se tiene una computadora pero esta no está conectada a la red, o si no se dispone de computadora y además es difícil acceder a ella.
- Controlar dicho aprendizaje. A la hora de estudiar, es fundamental controlar el progreso propio para actuar en consecuencia y a tiempo; para ello se recomienda la confrontación de criterios con otros estudiantes.
- Evaluar lo que hemos aprendido. Este momento implica la presentación, confrontación y puesta en práctica del conocimiento adquirido; después de ello, dependiendo de las carencias detectadas, determinar la construcción de un plan de actuación que corrija las debilidades existentes. Es recomendable y muy productiva en este aspecto la socialización de las ideas en el espacio grupal.
- La retroalimentación. Consiste en complementar y reorientar la información adquirida. O sea, después de la socialización y la discusión en el grupo, es necesario reanalizar cada conocimiento construido y reelaborarlo sobre la base de lo aprendido y corregido en el grupo.
Normas APA
El denominado estilo APA se
originó en el año 1929, es el estándar elaborado por la Asociación Americana de
Psicología (American Psychological Association, APA) que los autores
utilizan al momento de presentar sus documentos o textos para las revistas
publicadas por la entidad. Según la asociación, se desarrolló para ayudar a la
comprensión de lectura en las ciencias sociales y del
comportamiento, para mayor claridad de la comunicación, y para "expresar
las ideas con un mínimo de distracción y un máximo de precisión".
El Manual de publicaciones de
la APA contiene directrices para todos los aspectos relacionados con la
redacción, especialmente en las ciencias sociales, desde la determinación de la
autoría hasta la construcción de un cuadro para evitar el plagio, y para la
precisión en las referencias bibliográficas.
El uso del modelo se ha
extendido por todo el mundo, y es uno de los preferidos por muchos autores e
instituciones. Se utiliza frecuentemente para las citas a textos en
un artículo, libro, Internet y otras formas de documentos; de
hecho, muchas revistas científicas lo toman como único válido para la creación
de citas y bibliografías en publicaciones. También es el estilo
utilizado en la elaboración de los artículos de Wikipedia.
Como en otros estilos de
editorial (véase Normas ICONTEC, Normas IEEE), las normas APA se enfocan en
definir el uso uniforme de elementos como:
- Márgenes y formato del documento.
- Puntuación y abreviaciones.
- Tamaños de letra.
- Construcción de tablas y figuras.
- Citación de referencias.
La última versión de las normas
APA corresponde a la sexta edición, este manual cuenta con más de 300
páginas. Una de las principales razones
para usar normas APA en su publicación es que a nivel internacional es uno de
los estándares más aceptados.
Formato APA
Para presentar un trabajo con
formato APA se debe tener ciertas consideraciones respecto al formato, a continuación,
se describe el formato APA para un artículo científico. Tenga en cuenta que su
institución puede variar algunos de estos parámetros.
Tipo de Papel
- Tamaño: Carta (Letter) / papel 21.59 cm x 27.94 cm (8 1/2” x 11”).
Márgenes
- Margenes indicadas por el formato APA para las páginas del contenido del trabajo escrito:
- Hoja: 2.54 cm (1 pulgada) en cada borde de la hoja (Superior, inferior, izquierda, derecha).
- Sangria: Es necesario dejar 5 espacios en la primera línea de cada párrafo.
Fuente o Tipo de
Letra
Los siguientes son as
especificaciones del formato APA para el contenido:
- Fuente: Times New Roman
- Tamaño: 12 pts.
- Alineamiento: Izquierda
- Interlineado: 2.
Numeración de Páginas
Este estilo APA o formato APA
tiene reglas específicas para la numeración de páginas. Los números comienzan
en la página del título o portada del documento y deben estar ubicados en la
esquina superior derecha. La numeración desde la página de de copyright hasta
las listas de tablas y figuras incluyendo las páginas de dedicatoria y prefacio
deben estar numeradas con números romanos. En el formato APA el contenido del
documento (desde introducción en adelante) debe estar numerado con números
arábigos.
Abreviaciones en
Formato APA
Las normas APA permiten abreviar
ciertas palabras que a continuación se listan:
- Capítulo: cap.
- Edición: ed.
- Edición revisada: ed. rev
- Editor (Editores): ed
- Traductor (es): trad.
- Sin fecha: s.f
- Página (páginas): p. (pp.)
- Volumen: Vol.
- Número: núm
- Parte: Pt.
- Suplemento: Supl
Orientaciones para la Redacción y Presentación de Textos
Consideraciones sobre lenguaje, redacción y
estilo
La redacción de trabajos escritos
de cualquier índole, exige la utilización de un lenguaje simple y directo, pero
dentro de las formalidades que se requieren para la elaboración de un documento
de esta naturaleza. Por ello todo escrito debe ser preciso, claro y
breve, para lograr esto se debe ser un/a asiduo/a lector/a, perseverar,
analizar, lo que se lee, y revisar cuidadosamente el texto varias veces
buscando reducir el número de palabras innecesarias.
El trabajo debe redactarse en
tercera (3ª) persona cuando son de investigación cuantitativa. Evitando el uso
de pronombres personales como: yo, tu, él, nosotros; se puede usar la expresión
el autor o la autora. Y cuando sean investigaciones cualitativas se redactan en
primera persona.
Es importante cuidar el uso de
acentos, la ortografía y las normas de la sintaxis y redacción,
utilizando a la vez los términos propios del lenguaje especializado o técnico.
El uso adecuado de conectivos, sinónimos, palabras clave en el inicio de
párrafos dan al lector idea clara de qué sentido tiene el artículo o escrito
que se presenta, da a entender que el que escribe utiliza acertadamente el idioma,
las letras y símbolos y la cultura del mismo.
Orientaciones para la presentación de textos académicos
Aspectos formales
Desde hace tiempo se cuidan con
esmero los aspectos formales de los trabajos. La necesidad de unificar criterios
en torno a una norma mayoritariamente aceptada, como lo es la APA, se debe, por
lo menos, a tres causas: 1) La enorme producción de trabajos hace recomendable
seguir criterios pragmáticos en su elaboración, procurando realizar las
producciones de forma sencilla y comprensible, tanto en su contenido como en su
presentación. 2) El interés que se tiene por la publicación de los trabajos, de
tal manera que en su elaboración ya se adoptan criterios que faciliten su
posterior edición. 3) El uso habitual de procesadores de texto hace también
necesario aceptar una cierta uniformidad en la presentación de los trabajos, ya
que de lo contrario la gran cantidad de posibilidades de variación en los
formatos que ofrece la informática podrían llegar a convertirse en serios
inconvenientes para la comprensión de las producciones. Téngase en cuenta que
una editorial se reserva el derecho a modificar estas normas cuando un trabajo
va a ser publicado y adoptar aquéllas que considere convenientes para su
difusión acorde con criterios estéticos, económicos o de cualquier índole.
Tamaño del papel
Existen diferentes tamaños en el
papel empleado para escribir. pero para los documentos científicos e informes
técnicos, artículos y trabajos académicos debe ser de 210 por 297 mm (DIN A-4).
El trabajo se presenta escrito a una sola cara. Este papel, de color blanco,
debe ser de calidad. Todas las hojas deben ser del mismo tamaño y ninguna debe
tener pegados recortes de papel.
Márgenes
En los trabajos de imprenta se
llama mancha de tinta a la superficie impresa de una página. Esta mancha igual
en todas las páginas del trabajo, es el espacio comprendido entre los márgenes
de las mismas. Los márgenes superiores, inferior y laterales deben tener como
mínimo 2.54 cm (una pulgada es el valor por defecto que tienen la mayoría de
los procesadores de texto). Es recomendable que la línea tenga 14 cm (unos 55
caracteres) o el equivalente a unos márgenes de 3.5 cm a cada lado. Estas
medidas son orientativas, pero deberán ser tenidas en cuenta como referencia en
los trabajos. El número di líneas por página no debe exceder de 30 (incluidas
notas a pie de página o referencias). No se contabilizan los encabezados ni
pies de página ni la numeración.
Interlineado
El trabajo se presenta a doble
espacio en toda su extensión. Puede utilizarse el triple espacio para separar
títulos, citas textuales o gráficos. Conviene tener en cuenta que no deben
dejarse al final de una página líneas huérfanas o al comienzo de las siguientes
líneas viudas (en ambos casos se trata de dejar una línea sola). Los
procesadores de texto cuentan con una función de prevención de líneas
separadas. Los títulos deben empezar una página nueva si quedaran como línea
única al final de la hoja.
Párrafos y títulos
Al comienzo de cada párrafo es
conveniente sangrar con cinco o siete espacios (o con el tabulador). El valor
por defecto del tabulador en los procesadores de texto es de 1.27 cm (media
pulgada) y es un valor aceptable. Por otra parte, son excepciones en el
sangrado el abstract o resumen, las citas textuales y los títulos. Los títulos
del trabajo y sus apanados suelen estructurarse en tres o cuatro niveles. Estos
pueden estar centrados con letras mayúsculas y/o minúsculas y/o subrayadas.
Combinando estas posibilidades obtendremos diferentes niveles de títulos.
Tamaño y formas de
letra
Los tipos de letra existentes en
la actualidad pueden ser muy diferentes. En los procesadores de texto actuales
es muy amplia la gama de letras a elegir, pero en los trabajos utilizaremos un
tipo de letra único que se corresponda con los siguientes: Courier, CG Times.
Times New Roman, Sans Serif o similares. En cualquier caso, en una máquina de
escribir debemos elegir el paso diez 10 (pica) o doce 12 (élite), y cuando
trabajamos con un procesador utilizaremos un tamaño de letra de doce puntos
como máximo. No es conveniente modificar el tamaño de la letra dentro de un
mismo trabajo. Entre los tipos de letra podemos señalar la utilización de
letras negritas, cursivas, mayúsculas y versalitas. La letra normal es la que
se empleará mayoritariamente en la composición del texto escrito. La letra
cursiva o subrayada será utilizada en los siguientes casos: (a) títulos de las
obras literarias y científicas; (b) títulos de periódicos, revistas, anuarios,
almanaques y otras publicaciones similares: (c) expresiones latinas y palabras
exóticas; (d) sobrenombres, apodos, alias y palabras escritas en idiomas
extranjeros: (e) palabras o términos clave dentro del texto, neologismos o tecnicismos
que se quieren resaltar. Las letras en negrita se utilizan para resaltar una
palabra en el texto, pero no conviene abusar de ellas. Las mayúsculas pueden
emplearse en los títulos principales del documento, así como en alguna palabra
o palabras que resalten de las demás. Los nombres de autores no son necesario
que vayan con todas las letras mayúsculas, aunque cada vez está más extendido
en nuestro contexto la utilización de la letra versalita.
Encabezamientos y
números de página
Todas las páginas deben ir
numeradas y correlativas, empezando con la página del título. El número debe
estar en una zona visible (esquina superior o inferior derecha) a unos 2.5 cm
del borde de la boja. Las páginas conviene que tengan un encabezamiento, pues
en caso de separación para su publicación deben estar perfectamente
identificadas. El encabezamiento puede consistir en las dos o tres primeras
palabras del título de forma que no haya lugar a confusión en caso de extravío
accidental.
Abreviaturas
Siempre que se utilicen
abreviaturas deben estar explicadas la primera vez que aparezcan a excepción de
las unidades del sistema métrico decimal, abreviaturas latinas, estadísticos y
abreviaturas aceptadas como palabras (e.g., CD-ROM).
Citas en el texto
Las citas textuales que sean
tomadas de otros autores y no excedan de 40 palabras deberán ir entre comillas
y en la misma redacción del párrafo al que pertenecen. Cuando las citas superan
las 40 palabras se separan en un párrafo aparte y se sangra un tabulador (cinco
o siete espacios) todo el texto que queremos reseñar. No olvidar señalar el
autor, año y página de la que se ha obtenido el texto. Las citas deben tener su
correspondiente referencia para facilitar la búsqueda al final del trabajo en
las referencias bibliográficas. Cuando se cita al autor directamente la fecha,
entre paréntesis, sigue al autor, si se hace indirectamente tanto el autor como
el año irán entre paréntesis y separados por coma
Aspectos técnicos
Para la presentación de trabajos
académicos y su publicación conviene tener en cuenta las siguientes
orientaciones.
Portada o página de
titulo
La portada recoge el título del
trabajo, en líneas centradas en los márgenes y a doble espacio. El título, que
no ha de ser muy extenso, debe indicar claramente el objeto principal del
estudio o trabajo. También deben incluirse el nombre del autor o autores y su
lugar de trabajo habitual o institución a la que pertenece, además de la fecha,
año o mes y año.
Abstract o resumen
Es un breve, pero completo
sumario de los contenidos del artículo. Permite al lector hacerse una idea del
contenido de manera rápida. El abstract necesita ser denso en información, pero
claro en su comprensión, bien organizado y breve. Su extensión oscila entre 100
y 150 palabras escritas sin concesiones literarias, tratando de informar de los
objetivos, los procedimientos y los resultados más relevantes. El abstract se
puede presentar en una página aparte o en la primera página o página de título.
Conviene saber qué. en ocasiones se solicita la presentación del resumen en
otro idioma, siendo el inglés o francés las lenguas más utilizadas.
Introducción
La introducción del trabajo
recoge la intención del autor, y presenta el problema o tema específico de
estudio (los objetivos o hipótesis). Se describen las principales
características del trabajo, una breve discusión sobre los antecedentes
teóricos y empíricos, y se definen los conceptos principales que serán
utilizados en el estudio. También puede incluir el resumen de los planes en las
que se ha estructurado el trabajo y el proceso de elaboración que se ha
seguido.
Cuerpo del informe
Esta parte es la que desarrolla
propiamente el trabajo. Está estructurada en apartados y epígrafes y recoge el
90 por ciento del trabajo. En él se describe el método seguido, los hallazgos
encontrados, el proceso de producción y recogida de datos y su análisis, así
como los principales instrumentos y procedimientos empleados. Al final se
presentan los resultados y conclusiones.
Referencias bibliográficas
Al final del informe aparece la
sección de referencias a obras y trabajos consultados. Todas las citas que
aparecen en el texto deben estar en la lista de referencias bibliográficas, así
como todas las referencias bibliográficas deben haber sido introducidas en el
texto. La lista de referencias debe ser sucinta, no exhaustiva, debe ofrecer un
listado suficiente de los trabajos que han servido de apoyo al informe
realizado. Conviene elegir las referencias de manera juiciosa y citarlas de
forma precisa.
Apéndices
El apéndice o anexo aporta una
información detallada que de otra forma hubiera distraído la lectura en el
cuerpo del informe. Esta sección del trabajo incluye listas de palabras.
Experimentos, tablas, una muestra del o los cuestionarios empleados o cualquier
otro instrumento de la investigación o estudio. En el texto del trabajo se hace
referencia a los contenidos del apéndice. Un trabajo puede incluir más de un
anexo o apéndice.
Aspectos prácticos
Las orientaciones que aquí
presentamos se deben interpretar como recursos diversos para mejorar la
elaboración de los trabajos.
Consulta de trabajos
Puede ser muy útil consultar
trabajos ya realizados de características similares al que queremos realizar,
acudiendo a bibliotecas, archivos o centros de documentación.
Estilo de escritura
Conviene escribir de forma clara,
concisa y sencilla, con un estilo literario adecuado al tipo de trabajo que
elaboramos, con corrección ortográfica y sintáctica. No conviene que los
párrafos sean muy extensos ni que en ellos se expresen ideas diferentes, es
mejor expresar una idea, un concepto o un tipo de relación en cada párrafo.
Esquemas
Cuando se considere necesario. o
si el texto es muy extenso. se pueden incluir esquemas o resúmenes en forma de
cuadros o gráficos para facilitar la comprensión y el repaso del texto.
Leyendas
Es necesario que todos los
gráficos, tablas o esquemas dispongan de su numeración (para poderlas referir
desde el texto) y, sobre todo, de la leyenda o explicación resumida para
facilitar su comprensión.
Notas y pies de
página
En la medida de lo posible
conviene evitar el uso o la profusión de notas y de pies de página, pues a
menudo se usan para anotaciones o explicaciones marginales y dificultan o
distraen el proceso de lectura y, por lo tanto, la comprensión del texto.
Abreviaturas y siglas
En el caso de abreviaciones o
siglas usuales y conocidas habitualmente no se debe incluir ninguna aclaración.
El uso de abreviaciones o siglas poco conocidas obliga a su descripción
detallada, por lo menos la primera vez que aparecen en un texto.
Citas
Un texto no es mejor que otro por
tener muchas o pocas citas y referencias a otros textos o autores. Las citaos
deben situarse en los lugares adecuados, donde sean necesarias y sirvan para
ilustrar nuestras ideas o propuestas. Las referencias a otros autores deben
expresarse correctamente, así como las citas textuales que incorporarnos 81
texto, de las que no conviene abusar.
Producción escrita
Los trabajos se elaboran en
soporte informático (disquete) y habitualmente se presentan en soporte papel.
El soporte informático, además de las facilidades que aporta a la realización
del trabajo, facilita su almacenamiento, simplifica su envío postal y, sobre
todo, permite remitirlo por vía telemática.
Materiales de trabajo
Una vez finalizado un trabajo
deben guardarse ordenadamente todos aquellos materiales que han servido para su
elaboración: registros, tablas de cálculo, textos, apuntes. etc.
Correcciones
Si lo creemos oportuno, podemos
dar a leer el trabajo a un corrector de estilo y, también, a una persona
experta en el tema para que nos emita un juicio preliminar.
domingo, 2 de octubre de 2016
Aprendizaje como Formación Integral
El aprendizaje es una actividad
cuyo protagonista es el sujeto que aprende. Todo lo demás, incluido el docente,
es secundario. Por eso, para garantizar el aprendizaje, no basta con la
asistencia del estudiante, con su presencia física en clase, o con la
acumulación de horas frente a un libro. Quien desee aprender debe adoptar una
actitud activa, debe asumir su protagonismo y superar la tendencia a la
comodidad, a la pasividad. Toda técnica de estudio, toda estrategia para la
optimización del aprendizaje, parte de este presupuesto.
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